Lo que debes saber:
Los modelos de tamizaje basados en riesgo permiten una estratificación personalizada del riesgo, recomendando pruebas más frecuentes o avanzadas según factores como el historial familiar, el IMC, y el uso de terapia hormonal.
El enfoque integral en la detección temprana debe combinar educación, autoexploración y modelos de tamizaje, considerando las limitaciones tecnológicas y las desigualdades en el acceso a los servicios de salud en México, y adaptando las estrategias de salud pública a los recursos disponibles
La autoexploración mamaria, aunque valiosa para crear conciencia, no es suficiente por sí sola para la detección temprana del cáncer de mama; es fundamental complementar con mamografías y evaluaciones clínicas para identificar el cáncer en sus etapas más tratables.
En México, el cáncer de mama es una de las principales causas de muerte entre las mujeres. A lo largo de los años, tanto las campañas de salud pública como las iniciativas de empresas privadas durante el mes de concientización sobre el cáncer de mama han promovido la autoexploración mamaria como una herramienta esencial para la detección temprana.
Aunque la autoexploración es valiosa para aumentar la conciencia sobre la salud personal, confiar exclusivamente en ella puede ser contraproducente.
Los tumores que son detectables mediante autoexploración ya pueden haber alcanzado un tamaño considerable, lo que afecta negativamente el pronóstico. El cáncer de mama en sus primeras etapas, cuando es más tratable, generalmente no presenta síntomas palpables, por lo que es crucial complementar la autoexploración con otros métodos más precisos, como las mamografías.
Este enfoque en la autoexploración puede también dar lugar a un fenómeno conocido como compensación de riesgo, donde las mujeres se sienten tan seguras practicando la autoexploración que evitan o postergan pruebas más confiables. Un ejemplo de esto ocurre cuando una mujer, al no detectar bultos o cambios durante la autoexploración, asume que está libre de riesgo y no considera necesario acudir a consultas médicas o hacerse estudios más completos. Este exceso de confianza puede retrasar la detección de un cáncer que podría haberse identificado a tiempo mediante una mamografía o una evaluación clínica profesional.
Además, la idea de compensación de riesgo no es exclusiva del ámbito médico. Un ejemplo clásico ocurre con el uso del cinturón de seguridad en los autos. Tras su implementación obligatoria, algunas personas comenzaron a conducir de manera más imprudente, confiando en que el cinturón las protegería en caso de accidente. Aunque el cinturón es esencial para la seguridad, el cambio en el comportamiento incrementó el riesgo de accidentes debido a una falsa sensación de seguridad.
La detección temprana a través de mamografías y otras evaluaciones clínicas sigue siendo crucial para identificar el cáncer en sus etapas más tratables y mejorar los pronósticos. Apostar exclusivamente por la autoexploración puede hacer que el diagnóstico llegue cuando el cáncer ya se ha desarrollado demasiado, afectando negativamente las posibilidades de tratamiento exitoso. Por ello, es esencial promover un enfoque más integral, que combine la autoexploración con pruebas más avanzadas y precisas.
Es aquí donde los modelos de tamizaje basados en riesgo juegan un papel crucial. En un país como México, con una distribución desigual de recursos de salud y tecnologías avanzadas, estos modelos permiten optimizar los recursos disponibles y personalizar las estrategias de detección de cáncer de mama, asegurando que las mujeres reciban el abordaje más adecuado y a generar una comunicación que favorezca la concientización del riesgo.
¿Qué son los modelos de tamizaje basados en riesgo?
Los modelos de tamizaje basados en riesgo son herramientas que utilizan datos clínicos y demográficos para estimar la probabilidad de que una mujer desarrolle cáncer de mama a lo largo del tiempo. A diferencia de las estrategias de tamizaje universal, que recomiendan mamografías a todas las mujeres a partir de cierta edad, estos modelos permiten una estratificación personalizada del riesgo, sugiriendo pruebas más frecuentes o avanzadas para aquellas mujeres con mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad. Entre los factores clave que toman en cuenta están el historial familiar de cáncer, la edad al primer parto, el uso de terapia hormonal, entre otros.
Existen varios modelos de tamizaje internacionalmente reconocidos. El BCRAT (Gail Model) es uno de los más utilizados a nivel mundial y evalúa el riesgo a corto plazo (5 años) y a lo largo de la vida, utilizando datos como el historial familiar, la edad y la historia reproductiva. Por otro lado, el Rosner-Colditz Model incorpora factores relacionados con el estilo de vida, como el índice de masa corporal (IMC) y el uso de terapia hormonal, ofreciendo una evaluación del riesgo a largo plazo (10, 20, 30 años). Ambos modelos son accesibles y aplicables en contextos como el mexicano, donde la disponibilidad de tecnologías avanzadas es limitada.
Otros modelos, como el Tyrer-Cuzick (IBIS) y el BOADICEA, son más complejos y completos, ya que incluyen no solo factores clínicos, sino también genéticos, como las mutaciones BRCA. El Tyrer-Cuzick es particularmente útil para mujeres con antecedentes familiares de cáncer, mientras que BOADICEA incorpora factores genéticos para predecir el riesgo tanto de cáncer de mama como de ovario. Sin embargo, debido a que estos modelos requieren acceso a pruebas genéticas, su uso es más limitado en regiones con recursos restringidos.
Cada uno de estos modelos tiene sus propias fortalezas y limitaciones, y su aplicabilidad depende del acceso a datos y recursos disponibles. En México, modelos como BCRAT y Rosner-Colditz pueden ser herramientas prácticas y accesibles para todas, lo que los convierte en opciones viables para personalizar el tamizaje y maximizar los recursos de salud disponibles, mejorando así la detección temprana del cáncer de mama.
El desafío en México: datos y recursos limitados
En México, muchos de los desafíos relacionados con el tamizaje de cáncer de mama están vinculados a la disponibilidad limitada de tecnología avanzada. Aunque estos modelos de tamizaje (BCRAT y Rosner-Colditz) no dependen de datos genéticos o imágenes avanzadas, su fortaleza radica en que utilizan información que ya está disponible en la mayoría de las clínicas y hospitales, como la historia familiar, el índice de masa corporal (IMC), y el uso de terapia hormonal.
Adicionalmente, la capacidad del sistema de salud para proporcionar un seguimiento continuo y especializado varía significativamente en distintas regiones del país. En este contexto, los modelos de tamizaje basados en riesgo son una herramienta pragmática que puede ayudar a las autoridades sanitarias a enfocar los esfuerzos en grupos de mujeres que tienen más probabilidades de beneficiarse de evaluaciones clínicas adicionales.
Es importante mencionar que, aunque los modelos BCRAT (Gail) y Rosner-Colditz son herramientas útiles, necesitan ser validados y ajustados a las características de la población mexicana. Las investigaciones realizadas hasta ahora en otros países no necesariamente reflejan los factores genéticos, demográficos y socioeconómicos que afectan a la población de México.
Por ello, es fundamental realizar estudios de validación que comparen los resultados de estos modelos con datos de incidencia de cáncer en la población mexicana. Estos estudios ayudarán a ajustar los parámetros del modelo, incluyendo factores clave como la densidad mamaria, que podría integrarse a corto plazo, y las variaciones genéticas que afectan al riesgo en distintos grupos étnicos.
Además, se recomienda llevar a cabo investigaciones locales que exploren qué factores específicos de la población mexicana (como el acceso desigual a los servicios de salud o las diferencias culturales en la percepción del riesgo) influyen en la precisión de estos modelos. Esto permitirá desarrollar modelos más específicos y efectivos para México.
Finalmente, realizar análisis de costo-efectividad que comparen el tamizaje basado en riesgo con el tamizaje generalizado es clave para optimizar los recursos del sistema de salud. Este tipo de investigaciones garantizará que las mujeres más vulnerables reciban una atención adecuada y oportuna.
Comunicación efectiva y campañas de sensibilización
Para que estas estrategias sean exitosas, es crucial que las campañas de sensibilización no solo promuevan la importancia de la detección temprana, sino que lo hagan de manera clara y accesible. En lugar de mensajes generalizados y masivos sobre la autoexploración, las campañas deben complementarse con información accesible sobre los factores de riesgo relevantes que se toman en cuenta en los modelos de tamizaje. Por ejemplo, explicar cómo los antecedentes familiares o el uso de ciertas terapias hormonales pueden influir en el riesgo individual.
Asimismo, es importante que los mensajes se adapten a las diferentes comunidades, considerando las barreras culturales, lingüísticas y socioeconómicas que influyen en el acceso a los servicios de salud. La participación de médicos, enfermeras y promotores de salud es clave para garantizar que los mensajes sean efectivos y se comprendan adecuadamente.
Una solución pragmática
Es evidente que un enfoque de tamizaje "Una solución única para todos" (one size fits all en ingles) no es adecuado para el contexto mexicano. Los modelos de tamizaje basados en riesgo ofrecen una solución práctica para maximizar los recursos limitados y enfocarse en aquellas personas que tienen mayores probabilidades de beneficiarse de una detección temprana. Esto no significa descartar el tamizaje generalizado o la autoexploración, sino complementarlo con un enfoque más sofisticado que tome en cuenta los riesgos individuales.
Al integrar modelos de tamizaje basados en riesgo, México puede dar un paso adelante hacia una detección temprana más eficaz y equitativa, asegurando que más mujeres reciban el tratamiento adecuado en el momento adecuado. Además, estas estrategias pueden ayudar a evitar que las mujeres desarrollen una falsa sensación de seguridad o, por el contrario, el temor injustificado, al ofrecerles una visión más clara de su riesgo real y las mejores opciones de detección disponibles.
Enfocando los recursos en la detección temprana
En el contexto mexicano, donde el acceso a tecnologías avanzadas y pruebas genéticas es desigual, los modelos de tamizaje basados en riesgo ofrecen una solución práctica y eficaz para mejorar la detección temprana del cáncer de mama.
Al integrar estos modelos en las políticas de salud pública, acompañados de campañas educativas y de sensibilización bien dirigidas, México puede avanzar hacia una detección más eficiente y equitativa del cáncer de mama. Además, la investigación local para validar y ajustar estos modelos a la realidad mexicana será clave para maximizar su precisión y eficacia. De esta manera, las mujeres en mayor riesgo podrán recibir atención adecuada y oportuna, lo que contribuirá a mejorar los resultados de salud y salvar más vidas.
Autor: Christian Pichardo - Managing Partner and Founder
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